Con estas palabras me fui dando del permiso y el regalo de transitar nuevamente por la tristeza, luego de llevar varios días evitándola, rechazándola, haciendo como si no estuviera ahí, jugando a ser “fuerte” como si la fuerza estuviera en no sentir-me.
Y es que en realidad no quería sentir “esa” tristeza, porque siento que existen varios tipos de tristeza, en mi ya he reconocido a varias (son como los gemelos, muy parecidos pero distintos a la vez, já!), entonces esta tristeza era de las que vienen de adentro, de las que te desordenan, de las que te mueven estructuras internas, de las que mueven el piso, se toma varios días y de esas que te llevan a verte, sí, a verte e ir hacia dentro, a tu interior. Esta no era una tristeza chiquita o pasajera.
Dejándome seducir por mi ego para no sentir la tristeza estuve por varios días, hasta que mis ángeles me enviaron este mensaje a través de Danielle Laporte: “Ama tu tristeza, no durará mucho”, ¡ella estaba en lo mismo!. Mi resistencia a esa tristeza empezó a bajar, empecé a ceder, empecé a darle lugar a mi tristeza, le hice espacio y empecé a escucharla. ¿Qué traía está vez para mí? La razón, la causa la tenía clara, pero no el propósito de su nueva llegada, por ello era necesario estar junto a ella sin afán alguno para escucharla bien.
Y luego, escuché desde mi ser: “Acepta gentilmente tu tristeza, pues tampoco será la última”. Y claro, es que las emociones forman parte de esta experiencia humana, van y vienen, y está bien. La tristeza nunca es la misma, tampoco se siente igual siempre, y por supuesto el ego también hace de las suyas, seduce y nos hace creer que estar en este camino espiritual, de transformación o de consciencia (como quieras llamarlo), es sinónimo de no volver a sentir eso. ¡Es una trampa y por esos días mi ego estaba alborotado!
Pues bien, hoy meses después de haber hecho la tarea, de haber tenido por compañera a la tristeza durante varios días, quiero hacerte una invitación para que te reconcilies con tu tristeza si es que estás ahí o para cuando llegue. ¿De qué forma?…haz una pausa, PARA:
*Permite que la tristeza te muestre donde reside tu verdadera fuerza: En aquello que te permites sentir, para volver a verte.
* Acepta tu tristeza, no quieras salir rápido de ella, evitarla o negarla. Si la resistes estarás creando sufrimiento innecesario y más tarde volverá a aparecer más grande.
*Recuerda que el primer mensaje de la tristeza será: “Es momento de hacer una pausa e ir hacia dentro”. Toma tiempo para ti y lo que estás viviendo.
*Acoge la tristeza con la intención de escucharla y crecer con ella, no es sentirla por sentirla. Cuando la acoges recibes el mensaje que trae para ti.
Te ánimo también a que invites al Arcángel Gabriel, para que te acompañe durante ese proceso de estar con tu tristeza, este arcángel nos ayuda a ser honestos con nosotros mismos, a darnos el permiso de sentirnos vulnerables y nos recuerda que es el amor y la ternura quien da a la tristeza la energía que necesita para moverse a través de nosotros.